Artistas

Enric Montes

(Barcelona, España, 1969)

La poética del autor se fundamenta en la secuencia narrativa que conforma el conjunto de sus imágenes y que página a página, libro a libro van creando un universo propio lleno de coherencia.
El color en sus fotografías es un fogonazo de luz que brilla a su máxima intensidad antes de apagarse y ser devorado por la oscuridad.
Colores puros e intensos que se relacionan entre sí y marcan el ritmo de su lectura.
Imágenes verticales, trémulas como ondas de agua y sombras apagadas a punto de desaparecer.
La realidad está llena de intersticios , de pequeñas grietas y carreteras perdidas que nos conducen a un mundo onírico tocado por la magia de las cosas.
La metáfora del viaje vertebra una obra fotográfica inspirada por la literatura y el cine, siempre a la espera de lo extraordinario. Sus destellos líricos trazan un movimiento pendular que interacciona en todas sus fotografías.
Estas imágenes pertenecen a su trabajo El domador de sueños que junto a El viaje vertical y El eco de las cosas completa su trilogía  El buscador de prodigios .

Festival La Nuu - Enric Montes

Trine Sondergaar

(Greena, Dinamarca 1972)

Hay fotógrafos que utilizan la cámara para escuchar el corazón de la gente. Mirar a los  ojos y acercarse al paisaje de un rostro. Es por eso que el retrato sigue siendo uno de los géneros más populares de la fotografía a pesar de que ahora mismo no tenga demasiado reconocimiento ni predicamento.


Las obras en formato cuadrado y en blanco y negro de la serie Sin Título de Trine Sondergaard retratan a una serie de mujeres entradas en la madurez con el rostro oculto por su cabello que las envuelve como un manto.
El rostro es el referente y la sede simbólica de nuestra identidad, la apariencia física del rostro como certificado de nuestra personalidad. Sin embargo, el sujeto retratado nunca es dueño de su imagen y no deja de ser una ficción consensuada tomar una parte por el todo, considerar nuestra cara como emblema narrativo del yo. El hecho de ocultar las  caras de estas mujeres impugna la idea clásica que vincula el rostro con el retrato pero aún así mantiene su extraño vínculo con la verdad.


Según Margarite Yourcenar el tiempo es un gran escultor y en estas imágenes podemos percibir los diferentes tonos de las canas en sus cabelleras, simbolizando su proceso de envejecimiento. En su negativo, esculturas de mármol blanco veteado por tenues líneas negras.
El cabello largo ha sido tradicionalmente un símbolo de la belleza femenina y de su atractivo sexual, siempre en la plenitud de la juventud. Estas fotografías llenas de fuerza y sutileza desmienten este estereotipo cultural y muestran la sensualidad y la hermosura de estas mujeres.

Festival La Nuu - Trine Sondergaar

Gaël Bonnefon

(Foix, Francia 1982)

La  radicalidad experimental de Gael Bonnefon no es un gesto vacío sino que está al servicio de una  visión del mundo que se basa en lo terrible y bello que significa estar vivo. La inestabilidad y la fragilidad de los materiales fotográficos , el accidente y el error , lo emocional y lo intuitivo de sus disparos forman parte de su peculiaridad estética.
El uso de película caducada y la técnica del proceso cruzado- utilizar los químicos de revelado de diapositivas para el negativo y a la inversa – produce la aparición de colores hipersaturados e irreales. Una paleta cromática alterada que se mezcla con sus imágenes trepidadas y borrosas, sobreexpuestas y de grano abultado.
Unas fotografías crudas que desvelan una realidad fantasmal y feroz, deformada, siempre en tensión entre lo trivial y lo sorprendente.
Una poética expresionista y dolorosa que no desdeña los momentos cotidianos de plenitud y belleza. Los espacios exteriores , los límites entre la ciudad y la naturaleza, el  territorio íntimo de la vivienda, cuerpos desvaídos a punto de ser engullidos por el paisaje y la niebla , rostros en primer plano perfilados por la luz frontal del flash, la brutalidad del fuego, el azul lechoso del cielo  y la nostalgia de los días.

Una fotografía llena de ansia y quietud.

Festival La Nuu - Gaël Bonnefon

António Júlio Duarte

(Lisboa, Portugal 1967)

El título de este trabajo, Againts the day, contra el día, es una expresión inglesa que significa más bien contra la luz del día, es decir a contraluz.
Su sentido literal, en contra de los días , también remite a su voluntad de preservar la memoria y la vida del paso del tiempo.
Las fotografías de este proyecto fueron tomadas en los Estados Unidos durante los años 2009 y 2018, en algunas ocasiones, acompañando en su gira a un grupo de músicos, visitando las ciudades y los locales donde realizaban sus conciertos.
Aunque nunca se especifica su geografía concreta, el paisaje fotografiado podría pertenecer al Sur, el profundo Sur narrado por tantos escritores norteamericanos.
Sus imágenes de un color saturado están iluminadas por la luz disponible en los exteriores y por el flash frontal y despiadado en los interiores. El círculo es un motivo que se repite en sus fotografías de formato cuadrado disparadas por una cámara Mamiya 6.
De forma deliberada, Antonio Julio Duarte, fragmenta la realidad para presentar el extrañamiento de un mundo que escapa a nuestra comprensión. Espacios tristes y desolados, objetos aislados en su soledad, una naturaleza amenazante y el retrato de los personajes de este peculiar cosmos opaco y violento.

Festival La Nuu - António Júlio Duarte

Massimiliano Tommaso Rezza

Roccasecca, Italia 1967

Un salmo es  un cántico religioso de alabanza a Dios . El poema Salmo de Paul Celan en el que se inspira este proyecto es un canto a la dolorosa inexistencia de Dios. Como escribe el propio fotógrafo :”El cielo bajo el que viven los hombres está vacío. Nadie responde a nuestra llamada”. Dios ha muerto y ha desaparecido de nuestras vidas.
El poema pertenece al libro La rosa de nadie (1963) y lo podemos leer en una versión desde el alemán de José Ángel Valente.
Massimiliano Tomaso Rezza no intenta ilustrar el poema sino generar un contracanto que dialogue con las palabras. Imágenes repetitivas y sencillas de un blanco y negro lavado, sin apenas contrastes, producto del escaneo sin retocar de sus negativos, llenos de motas de polvo, rayas y entradas de luz.
Psalm es un poema visual que canta el vacío y la incertidumbre con un nuevo lenguaje. Como dice su subtítulo “una contra-melodía al poema Salmo de Paul Celan”. Una voz que canta sobre el fraseo de una oración secular.
El 20 de abril de 1970, Paul Celan se arrojó a las aguas del Sena desde el puente Mirabeau.

Festival La Nuu - Massimiliano Tommaso Rezza

José Ramón Bas

(Madrid, España 1964)

Según el crítico de arte  Christian Caujolle, José Ramón Bas es un “inclasificable poeta” y “un viajero apañado que se parece mucho a esos críos capaces de maravillarse e inventar juguetes maravillosos con los objetos que los rodean”

La espontaneidad y el componente lúdico de la creación son aspectos esenciales en su proceso de experimentación  con los materiales. Sus fotografías -tomadas con un cámara de juguete de formato cuadrado y que a causa de su lente de plástico proporciona un marcado viñeteo en las esquinas - se combinan con el collage, el dibujo y la escritura.
El negativo es el punto de partida para intervenir la imagen a través de distintos procedimientos plásticos y textuales.
Su proyecto Ícaro ha sido expuesto en distintos formatos pero aquí podemos ver su Cuaderno de viaje por Brasil donde a partir de un niño real llamado Ícaro quiere representar el sueño de volar de muchos niños, su necesidad  de sentirse libres, encerrados y atrapados en sociedades injustas.
Sus fotografías en color y blanco y negro aparecen pegadas con cinta adhesiva a las hojas de su cuaderno , reencuadradas a lápiz, atravesadas por la palabra escrita y el dibujo. Fotografías manchadas, garabateadas, maltratadas incluso, insertadas en un diario íntimo de viaje y que convierten este trabajo en un libro de artista o más bien en un poema-objeto.

Festival La Nuu - José Ramón Bas

Arja Hytiäinen

Turku, Finlandia 1974

Para la fotógrafa finlandesa Arja Hyytiainen la fotografía es un medio para entrar en la vida de los demás y documentar sus  propias experiencias personales. Una suerte de autoficción donde se entremezclan realidad y sueño.
Su fotografía , casi siempre en blanco y negro, ha dejado de ser tan sombría como en sus primeros trabajos, cosa que no quiere decir que se haya dulcificado.
La luz nocturna a dado paso a la luz brillante de los días dedicados a su proyecto Ile 
d’Enfance ( Isla de la infancia ) compuesto por unas fotografías de un blanco y negro lleno de delicados grises.
Este trabajo trata sobre la infancia y la identidad desde el punto de vista de su hija y de los propios recuerdos de la fotógrafa.
Afincada en Francia, la autora viaja todos los veranos con su familia a una isla de Finlandia donde comparte con su niña el paisaje y las vivencias de su propia infancia. Los nervios del viaje, el encuentro con los familiares, las aventuras, los golpes y las rodillas peladas, los espacios infinitos, la muerte de los animales queridos y de nuevo las despedidas. Los veranos de la niñez son eternos y en estas fotografías vemos  a una pequeña en contacto con la naturaleza que descubre poco a poco la verdad y la dureza de la existencia. Mientras, una madre con su cámara mira como su hija crece año tras año.

Festival La Nuu - Arja Hytiäinen

Neus Solà

(Barcelona, España 1984)

Con un marcado aliento poético, las fotografías de Neus Solà nos acercan tanto al mito como a la realidad de las hijras de la India.
Reconocidas como un tercer género, según la mitología hindú tienen un origen divino por lo que antiguamente eran figuras muy respetadas y con cierto estatus social. Se les atribuye , todavía hoy, el poder de bendecir o maldecir, lo que despierta a la vez temor y desconcierto.
Con la colonización británica pasaron a ser una amenaza a la moral y a las buenas costumbres y se convirtieron en uno de los sectores más marginados de la sociedad. Condenadas a la mendicidad y a la prostitución.
El título del proyecto Nirvan refiere el proceso de emasculación ritual al que se someten las hijras.
La antropóloga Serena Nanda en su libro Ni hombres ni mujeres, las Hijras de la India pregunta a una de sus entrevistadas:

“¿Por qué debes someterte a esta operación? Le pregunté a Kamladevi. Ella respondió que las hijras tienen muchos poderes, pero solo si están castradas”.

Y enseguida contó esta historia:

Una vez hubo un rey que le pidió a una hijra que le mostrara su poder. La hijra aplaudió tres veces e inmediatamente la puerta del palacio del rey se abrió sin que nadie la tocara. Entonces el rey dijo, "muéstrame tu poder de otra manera". Al lado del camino había un cactus espinoso. La hijra simplemente tomó la espina del cactus y se castró. La hijra se quedó allí con la sangre rezumando y levantó la mano con el pene dentro. Entonces el rey se dio cuenta del poder de las hijras”.

Festival La Nuu - Neus Solà

Salvi Danés

(Barcelona, España 1985)

Recordamos cosas que no han sucedido y perseguimos cosas que nunca han existido. La historia nació con la escritura pero perpetuamos mitos que se pierden en la noche de los tiempos.
Cypsela es el nombre de una ciudad mitológica que habría sido situada frente a las Islas Medes (Empurdà ) por Avieno, escritor latino del s. IV dC, en su poema "Ora marítima":

“Que aquí estuvo la ciudad de Cipsela es ya tan solo un recuerdo, pues el escabroso suelo no conserva ningún vestigio de la ciudad primitiva”.

Según la leyenda la ciudad habría sido engullida por el mar. Un misterioso mito que continua vivo entre los habitantes de la zona.
Las fotografías de Salvi Danés de un intenso blanco y negro trazan el mapa visual de un territorio soñado. Una especie de diario íntimo que se explica  a través del imaginario colectivo del ámbito geográfico del Empurdà. Unas imágenes nostálgicas que señalan la persistencia de lo que ya no existe.

Festival La Nuu - Salvi Danés

Dimitra Dede

(Atenas, Grecia 1974)

Tras la muerte de su madre, la autora inició un viaje para descubrir los glaciares de Europa. “Durante su funeral, le di un beso en la frente, como es costumbre en Grecia, y me sorprendió ese contacto gélido, que contrastaba con el calor del mes de junio” , cuenta. Un relato metafórico que explica la clave de su trabajo Mayflies, el contraste entre la calidez del abrazo maternal y la gélida intemperie de la pérdida.
En sus fotos la naturaleza y el cuerpo se funden en un mundo lleno de angustia donde cada elemento quiere volver a nacer , regresar al útero materno para  permanecer resguardado de la muerte.

“La vida es efímera- continua la fotógrafa-La maternidad es una lucha por la perpetuación, pero ¿es solo una ilusión?”.

Mayflies significa efímeras, un insecto que nace, se reproduce y muere en un solo día.
Sus fotografías reflejan esta lucha a muerte por la existencia, maltratadas y dañadas durante el proceso creativo , sometidas al calor del fuego, al ácido y coloreadas con violencia. Ellas mismas debatiéndose entre la vida y la muerte de las imágenes.

Un doloroso proceso de duelo que desvela universo agónico aunque terriblemente bello.

Festival La Nuu - Dimitra Dede

Yasmina Benabderrahmane

(Yasmina Benabderrahmane, Rueil-Malmaison, Francia 1983)

En su proyecto La bestia. Un cuento moderno Yasmina Benabderrahmane documenta en tono poético las tensiones entre la tradición y la modernidad en el Marruecos actual. Todas las imágenes que configuran el trabajo están compuestas por fotogramas sacados de su obra fílmica grabada en formato Super-8. Imágenes tanto en color como en blanco y negro que la autora puede volver a reencuadrar según el medio expositivo. Después de catorce años sin regresar a Marruecos empezó a filmar la construcción del  Gran Teatro de Rabat en el Valle de Bouregreg donde se quiere erigir un importante centro cultural.
Los cambios en la fisionomía de esta tierra ancestral conocida como el Valle de los alfareros se intercalan con escenas familiares como la celebración de la fiesta del cordero. Un relato visual en el que los protagonistas son su abuela, su tío y la sombra de esta bestia en construcción que se alimenta del paisaje. Un cuento moderno donde historia e intrahistoria se entrelazan.

Festival La Nuu - Yasmina Benabderrahmane

Rosa María Florensa Palacios

(Barcelona, España 1994)

El trap es el nuevo punk. Con un estética y unas maneras que a los mayores nos parecen horteras y de mal gusto, su estilo musical se caracteriza por el uso de un sempiterno autotune y de un ritmo repetitivo que puede fundirse con otros géneros como el reggaetón.
Sus letras van dirigidas a los jóvenes de las clases más desfavorecidas y golpeadas por la crisis y el paro. En ellas cantan los problemas de la calle, la violencia, el sexo y las drogas sin censura, con un lenguaje alejado de la norma académica y lleno de anglicismos.
El trap es contar lo que conoces y lo que has vivido. El trabajo de la fotógrafa Rosa María Florensa Palacios documenta desde dentro esta generación de jóvenes que ha eclosionado con el trap y que ha adoptado su manera de vivir, de vestir, de expresarse, de bailar y divertirse. Sus fotografías configuran un diario visual que retrata su mundo íntimo y su círculo de amistades con una mirada auténtica y honesta. Un proceso de autodocumentación lleno de caos y emoción, con imágenes directas y encuadres agresivos, golpes directos de flash, película de color caducada y escaneos descuidados. Un modo visceral  de fotografiar que quiere captar la realidad de sus días y sus noches.

Festival La Nuu - Rosa María Florensa Palacios

Leitmotiv

LA LUZ DE LAS PALABRAS. LEER Y ESCRIBIR EL MUNDO

 

Estamos hechos de imágenes y palabras.

Leemos el libro del mundo para intentar entenderlo y para intentar, también, explicarnos a nosotros mismos.

Cuando leemos una imagen de cualquier tipo, sea ésta pintada, fotografiada, o esculpida, necesitamos siempre de la palabra para su interpretación.

Los relatos existen en el tiempo y las imágenes se desarrollan  en el espacio, no obstante, al contemplarlas siempre les añadimos la temporalidad propia de la narrativa y de la ficción.

 

 

Desde su aparición, la fotografía ha tenido un papel secundario respecto a la narración y casi siempre un papel servil en relación a la palabra.

La fotografía era un buen medio para ilustrar el texto y muchos escritores recurrieron a su uso para documentar sus descripciones. La fotografía era la firma notarial que otorgaba veracidad a sus trabajos.

Esta tradicional interacción entre palabra e imagen relacionaba el carácter subjetivo del texto con el supuesto carácter objetivo de la fotografía. 

Hoy en día tenemos claro que las fotografías nunca han sido objetivas (nunca han sido un espejo fiel de la realidad) y que con respecto al lenguaje tienen un significado muy débil.

Las fotografías siempre necesitan de la palabra para ser leídas e interpretadas.

Podemos decir entonces,  que el proverbio chino una imagen vale más que mil palabras no sería muy acertado. En realidad , su traducción correcta  es la siguiente: una imagen equivale a 10.000 palabras.

Hay un pequeño matiz en esta segunda versión que no privilegia un lenguaje respecto a otro, sino que más bien describe la capacidad de concentración y evocación de la imagen frente al detenimiento descriptivo de la palabra.

 

La cultura occidental durante su historia ha oscilado entre su predilección por lo textual y su querencia por lo visual. Nuestra civilización ha estado marcada por el influjo del mundo griego y la tradición del mundo judeocristiano. Por la IDEA (en griego eidos, visión ) y el LOGOS ( palabra razonada que el latín tradujo como verbo).

El pensamiento occidental profundamente  marcado por el cristianismo y la Biblia acabó tomando partido por la expresión escrita y por lo que los teóricos han denominado logocentrismo.

El ensayo de Leonard Shlain El alfabeto contra la Diosa lleva el conflicto entre la palabra y la imagen un poco más allá y relaciona el surgimiento de la escritura con el cambio en la posición social de las mujeres y la imposición de las formas jerárquicas y sexistas del patriarcado.

Sin extendernos mucho más, cabría destacar que los aspectos fundamentales de este conflicto entre imagen y  palabra perviven en la actualidad.

 

A pesar, de la distinta naturaleza de los dos lenguajes ( textual y visual ), su larga coexistencia en nuestra tradición cultural ha propiciado su equiparación.

 

 

Somos capaces de leer e interpretar ( muchas veces de forma ingenua o equivocada ) tanto un texto como una imagen  y esta habilidad nos hace olvidar

las diferencias de cada una de estas tecnologías de comunicación. La relación entre palabra e imagen es siempre una relación extraña.

El contacto constante de palabra e imagen  ha hecho que destaquemos sus puntos de unión y desdeñemos todo lo que distancia y separa los dos ámbitos.

La descripción verbal de un paisaje nunca será equivalente a la fotografía del mismo paisaje y al contrario, la imagen de una urna griega, por bella y verdadera que sea, nunca podrá substituir el poema de John Keats Oda a una urna griega.

Texto e imagen se complementan pero nunca son intercambiables. Nunca transmiten exactamente el mismo significado.

 

 

 

Según el filósofo Joan-Carles Mèlich leer es releer. Y nos dice que: “Nadie sabe leer porque la lectura no es una competencia que pueda adquirirse de una vez por todas, sino una forma de vida, y nadie sabe vivir”.

En su libro La sabiduría de lo incierto establece una filosofía de la condición lectora, una ética de la lectura. Y nos explica que el ser humano es un homo narrans, un contador de historias a la vez que un homo legens, un lector, incluso si nunca ha leído un libro.

“Leer y pensar el mundo es separarse de él, es ponerlo en cuestión, es abrir interrogantes donde antes solamente había respuestas y obviedades”.

El comienzo del pensamiento es lector y la interpretación lectora es siempre múltiple, plural e infinita o no se tratará en absoluto de interpretación.

 

El lema expositivo de esta edición del festival La Nuu es La luz de las palabras, un motivo que quiere jugar con la etimología de la propia palabra fotografía: escribir con luz. Las palabras encienden el fuego de las imágenes.

 

Como decíamos al principio, estamos hechos de imágenes y palabras. Estamos obligados a mirar y leer la realidad, interpretarla a pesar de la incertidumbre y el miedo a equivocarnos. Por eso a todos nos gusta hacer y contemplar fotografías, como una manera de leer y escribir el mundo de nuevo.

 

 

 

 

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