Tatu Gustafsson

(Finlandia, 1979)

El nacimiento de la escritura está vinculado al control de los excedentes alimentarios en las grandes concentraciones urbanas de lo que se conoce como el Creciente Fértil y por tanto, está íntimamente ligado al poder económico y político. El alfabeto sólo estaba en manos de una casta privilegiada que pronto utilizó la escritura como tecnología de control de la población.
El surgimiento de la fotografía fue un gran hito científico y técnico sin ningún vínculo con el arte. Fue con el tiempo en que se descubrieron sus posibilidades creativas. Sin embargo, al igual que en el caso del alfabeto se convirtió en una tecnología de control, vigilancia y castigo. Cabe recordar los retratos hablados de Alphonse Bertillon que en un principio servían para identificar a los malhechores y criminales y que derivaron hacia el documento nacional de identidad. A día de hoy, todos los ciudadanos y ciudadanas llevamos en la cartera nuestra ficha policial. Las cámaras de grabación en los espacios públicos, los algoritmos de reconocimiento facial, la minería de datos en las redes sociales del capitalismo de vigilancia conforman un híper-panóptico de control total. Eso sí, siempre en beneficio de nuestra seguridad nos dirán y nosotros andaremos por la vida más contentos.

I on the Road/Weather Camera Self-Portraits, el trabajo de Tatu Gustafsson consta de 200 autorretratos tomados con cámaras de control meteorológico. Desde que Gustafsson empezó a hacer autorretratos en 2012, se ha centrado en un enfoque alternativo de la fotografía y ha intentado cuestionar las cuestiones de autoría asociadas a la fotografía tradicional. Al principio, descubrió que las cámaras de tráfico y meteorológicas de Finlandia toman una foto cada doce minutos y la almacenan online durante 24 horas. Gustafsson se embarcó en un viaje en coche por todo el país, situándose frente a más de 700 cámaras exteriores y aceptando la falta de control inherente a este proceso. El resultado son imágenes inquietantes que captan la esencia de la soledad y un proceso creativo de liberación que juega contra la maquinaria de control.
El título de su serie es un guiño a la mítica novela de la generación beatnik On the road escrita por Jack Kerouac y que con una prosa espontánea y un ritmo frenético describe una vida romántica y bohemia por los EEUU de los años 50 donde el viaje en coche se convierte en un símbolo de libertad y fuga. El coche, una máquina que se ha convertido en capital para la esclavitud del trabajador asalariado y para la asimilación de los valores capitalistas como máquina de fuga y autonomía.
¿Las imágenes, las palabras son nuestro panóptico o las sábanas atadas a los barrotes de nuestra celda?

Carrer Joaquim Blume (Mapa)

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