Chloe Azzopardi

(Francia, 1994)

Según el geógrafo Yi-Fu Tan, la mente humana parece predispuesta a ordenar los fenómenos no sólo en segmentos, sino también en pares opuestos. Muestra una tendencia definida a distinguir pares dentro de los segmentos que percibimos en el continuum de la naturaleza, para asignar después significados contrarios a los componentes de cada binomio. Esto podría reflejar sólo una estructura íntima de la mente humana que nosotros transferimos a la realidad que nos rodea. Conceptos antinómicos como arriba -abajo, derecha-izquierda, aquí-allí parten de la propia realidad física de nuestro cuerpo y nos sirven para ordenar el mundo desde nuestro yo. Estas oposiciones fundamentales de nuestra experiencia humana adquieren un significado simbólico y ontológico: vida-muerte, luz-oscuridad, caos-cosmos, masculino-femenino, naturaleza-civilización...
El ser humano ha dejado de verse como parte del todo. Mira la realidad desde afuera. La misma oposición natural-artificial es engañosa: nada más artificial - es decir, de artefacto creado por los humanos que un huerto o campo de cultivo. Y al mismo tiempo, nada más humano que la tecnología.
La ciencia y la tecnología son creaciones humanas y las matemáticas o la física no son el lenguaje del Universo. Son las herramientas más objetivas dentro de nuestra intersubjetividad para crear el Cosmos y acercarnos a él.
Con la serie, Dispositivos no tecnológicos, Chloe Milos Azzopardi propone un universo compuesto de objetos futuristas, herramientas compuestas a partir de elementos naturales recolectados, ensamblados para imitar los artificios tecnológicos que pueblan nuestra vida cotidiana. Entre producciones rudimentarias y creaciones de ciencia ficción, estos artefactos son un espejo de nuestras fantasías de futuro. El artista inicia una reflexión sobre nuestro imaginario: ¿cómo podemos vislumbrar un futuro alternativo ante nuestros sueños de un mundo hiperartificializado y tecnologizado? Con la ayuda de la ficción y el juego, Azzopardi busca otras formas de imaginar las vidas aumentadas, crea cyborgs orgánicos cuyo objetivo sería inscribir el cuerpo de otra manera en el entorno. Utiliza el desplazamiento y desvío poético de artefactos simbólicos del progreso técnico para cuestionar nuestra relación con lo vivo y con la desaparición de los "recursos" terrestres utilizados para construir los componentes de nuestros objetos tecnológicos.

Plaça Doctor Guardiet (Mapa)

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