Marguerite Bornhauser

(París, Francia,1989)

 

El fenómeno del color está lejos de ser contado con certeza. ¿Es una pura sensación física que pertenece a los objetos o es sólo una reacción psicológica subjetiva? ¿Se encuentra en la realidad exterior o en el interior de nuestro cerebro?

El uso del color en la fotografía tardó en ser aceptado dentro de los ámbitos artísticos. Se consideraba que el blanco y negro era más idóneo para una representación visual del mundo real y que la utilización del color sólo añadía engaño y frivolidad. Ese desdén por el color a la historia de la fotografía no cambió hasta la aparición de la obra de autores como William Eggleston o Wolfgang Tillmans.

 

La obra de Marguerite Bornhauser va mucho más allá y el color es, al mismo tiempo, contenido y forma de su estilo y, por tanto, una manera de percibir y representar el mundo.

 

Su trabajo “When black is burned” presenta una serie de imágenes poéticas de una belleza embriagadora que se acercan al ámbito abstracto. Detalles ampliados, contornos de sombras profundamente negras, texturas, reflejos, formas vegetales aisladas y fragmentos descontextualizados. Un mundo onírico donde se reduce la diferencia entre lo real y lo ficticio.

 

Para conseguir esta paleta de tonalidades la autora utiliza la clásica película Ektar 100 para obtener una coloración densa y saturada. Su dominio del color, el juego de sombras y la luz contrastada conforma la singularidad de esta escritura visual llena de un cromatismo intenso y orgánico. La materia de que están hechos sus sueños.

Pich Aguilera (Mapa)

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